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El pensamiento sistémico como herramienta para impulsar la sostenibilidad

Silvana Paniagua Tufinio

Principal, NewForesight

Silvana es una estratega especializada en los procesos innovativos y creativos, con más de diez años de experiencia en proyectos enfocados en la sostenibilidad con empresas de ámbito internacional. Actualmente es Principal en NewForesight (consultoría especializada en sostenibilidad), liderando el departamento de inversiones de impacto y trabajando con diversas ONG, fundaciones y agencias gubernamentales para diseñar estrategias globales y así maximizar el impacto sostenible. Silvana es graduada del Tecnológico de Monterrey, y con una Maestría del Tecnológico de Delft. Desde 2014 Silvana está afincada en Madrid, y es madre de 2 hijos.

La era post-COVID nos presenta con una perspectiva nueva sobre el mundo. La pandemia nos ha dado el espacio para reflexionar acerca de nuestra manera de vivir y nuestra relación con el planeta que habitamos; y sobre todo nos ha demostrado que es posible cambiar el comportamiento colectivo. La idea de una sociedad más sostenible no es nueva, pero gana cada vez más tracción; lo que nos plantea dos preguntas fundamentales: (1) qué entendemos por sostenibilidad, y (2) cómo se llega a conseguir la sostenibilidad.

Sostenibilidad normalmente se define como un balance en tres dimensiones: social, medio ambiental y económico, que tiene como consecuencia la satisfacción de las necesidades actuales como sociedad sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas. Para entenderlo de una manera más pragmática, la sostenibilidad es el funcionamiento de un sistema con un impacto neutro o positivo que se retroalimenta y, por lo tanto, capaz de mantenerse en el tiempo.

Muchos de los sistemas que están implantados en la sociedad actual son insostenibles, debido a que casi todo lo que hacemos tiene un impacto negativo en el medio ambiente y la sociedad -el sector agroalimentario, el sector energético, por mencionar algunos ejemplos. Se han calculado que en 2020 y pese a la pandemia, el 22 de agosto habíamos consumido todos los recursos que nuestro planeta es capaz de reponer en un año; esto es conocido como el Earth overshoot day[i]. Es necesario rediseñar todos los sistemas para que funcionemos como una sociedad realmente sostenible.

Sin embargo, esto no es fácil. Muchos de estos sistemas existen y funcionan pese al impacto negativo, ya que tienen beneficios a corto plazo para las partes que participan en ellos, y las consecuencias negativas están desconectadas de los causantes. Un ejemplo de esto es la cadena de valor del cacao, del que el 60% se produce en Ghana y Costa de Marfil; mientras la presión de por abaratar los costes es promovida desde los países consumidores ubicados en Norte América y Europa, los precios bajos resultan en pobreza entre los productores, sobreexplotación de los recursos naturales, deforestación y otros problemas sociales como el uso de mano de obra infantil en labores peligrosas. Estos sistemas no cambian sin intervención externa para señalar las fallas del sistema, y la presión para actuar.  

Para rediseñar los sistemas, y elaborar estrategias de transición hacia la sostenibilidad es necesario usar el pensamiento sistémico.

¿Qué es el pensamiento sistémico y por qué es necesario?

El pensamiento sistémico es una manera de analizar los problemas que se enfoca en entender una situación como el resultado del funcionamiento de sus partes y las interrelaciones de éstas.  Los motivos por las que el pensamiento sistémico es necesario para diseñar soluciones sostenibles son muchos, pero podemos resaltar principalmente la complejidad, la diversidad y la replicabilidad de los problemas y las soluciones.

Nos referimos a la complejidad, ya que normalmente el abordar problemas de sostenibilidad es sumamente complejo debido a la cantidad de actores y el sinnúmero de relaciones entre ellos, por lo que muchas veces resulta difícil explorarlos y entenderlos. El pensamiento sistémico obliga a simplificar las situaciones a su mínima expresión, con lo cual es posible procesarla y trabajar con ella. Sólo al simplificar y procesar estos problemas, es posible también un entendimiento común, y por lo tanto, el diálogo efectivo entre los diversos actores.

La diversidad se refiere a la amplia gama de los problemas, variaciones y posibles soluciones. El pensamiento sistémico permite “desdoblar” las situaciones, y centrarse en patrones, paradigmas y arquetipos, y a partir de ahí generar soluciones o trayectorias para el cambio que puedan ser adaptables a las diversas realidades. Al trabajar en soluciones sistémicas, el enfoque normalmente se centra en solucionar los problemas desde la raíz, y como su nombre lo indica, se desarrollan soluciones o propuestas que actúan a distintos niveles para atacar el problema de manera integral y consistente.  

Finalmente, la replicabilidad está muy ligada a los aspectos anteriores, ya que se refiere a que las soluciones deben ser escalables, adaptables y transferibles a distintos contextos, y esto sólo es posible una vez que la complejidad de la problemática ha sido adecuadamente resuelta y la soluciones han sido correctamente adaptadas a la diversidad del contexto.

Pensamiento sistémico para la transición

Recientemente, Het Groene Brein[ii], una plataforma de innovación y sostenibilidad neerlandesa, publicó un reporte[iii] acerca de las cuatro escuelas de pensamiento sistémico de los Países Bajos que han tenido mayor impacto en los últimos años, ya que éstas han diseñado la hoja de ruta e influenciado muchos sectores y transiciones económicas y sociopolíticas a nivel global.  Las cuatro escuelas son: (1) gestión de la transición, (2) sistemas de innovación, (3) transformación de mercados sostenible y (4) pequeñas ganancias; cada una tiene diversas filosofías, principios, herramientas y modelos para articular sus estrategias.

  • La gestión de la transición (transitiemanagement), desarrollada por DRIFT (Universidad Erasmus de Rotterdam), se enfoca particularmente en la dinámica multiactor (personas, instituciones y organizaciones) durante los procesos de transición. Para ello, tienen una filosofía de la transición y diversas herramientas. Su modelo más característico es la curva X, con 4 etapas: (1) construcción, la aparición de nuevas formas de pensar, (2) eliminación, referente a la exclusión de formas obsoletas de pensar y de organización, (3) conversión, o reutilización de elementos existentes que reciben nuevas aplicaciones, y (4) consolidación, la institucionalización y normalización de nuevas prácticas. En este modelo las 4 etapas son convergentes.
  • Sistemas de innovación (innovatie systemen), desarrollada por el Instituto Copérnico de Desarrollo Sostenible (Universidad de Utrecht), y se centra en el estudio en las innovaciones tecnológicas o sociales para ayudar a que la sostenibilidad tenga éxito a través de modelos de Sistemas Tecnológicos de Innovación (TIS) y en Sistemas de Innovación Impulsados por una Misión (MIS). El modelo TIS ayuda a analizar los problemas sistémicos y la dinámica de la innovación en torno a las tecnologías. El modelo MIS se enfoca en resolver problemas sociales. Este enfoque identifica siete procesos clave: (1) emprendimiento, (2) aprendizaje, (3) difusión del conocimiento, (4) dirigir el proceso de exploración, (5) Organización del mercado, (6) Movilización de recursos, (7) Legitimización.
  • Transformación de mercados sostenibles (duurzame markettrasnsformatie), desarrollada por NewForesight en colaboración con la Universidad Nyenrode, se enfoca en la transición hacia la sostenibilidad de sectores, las dinámicas de sus problemas y las soluciones, así como en la exploración de los roles de los diferentes actores y las estructuras de gobernanza necesarias para la transición. Uno de los modelos principales para trabajar este pensamiento es la curva S o las 4 fases: (1) comienzo o el surgimiento de la crisis donde se identifica el problema, (2) pioneros o la aparición de los primeros actores con soluciones como ventaja competitiva para sus operaciones, (3) masa crítica o colaboración precompetitiva para implementar soluciones probadas a escala y (4) institucionalización de soluciones dentro del marco normativo. Estas 4 fases son secuenciales.
  • Pequeñas ganancias (small wins), es un modelo desarrollado por el grupo de Administración y Ciencias Políticas de la Universidad de Wageningen, que abordan la transición como la acumulación de pequeños avances concretos por parte de los diversos actores. Su enfoque tiene un proceso con distintos pasos: (0) organización de líderes, (1) formulación de una ambición común, (2) la identificación de pequeñas ganancias, (3) Diseño de intervenciones con mecanismos de refuerzo para escalar las pequeñas ganancias, y (4) realización de las ambiciones.

También resulta interesante que el enfoque del pensamiento sistémico es en la transición, y no en la transformación. Las transiciones son procesos de cambio complejos, no-lineales y radicales que conducen a un cambio en el sistema a largo plazo, y a diferencia de las transformaciones, se enfocan en el estado intermedio para llegar al cambio, reconociendo que este proceso es clave para determinar el estado final.

Las cuatro escuelas presentan muchas similitudes en sus planteamientos. Primeramente, todas reconocen la necesidad de una visión común que refleje de manera concreta los incentivos que hay para todas las partes, junto con un “network” de actores o red con suficiente cohesión y tracción para la acción colectiva. Además de esto, todas reconocen que una transición no es un proyecto con inicio y fin determinado, sino un proceso iterativo, que se convierte en un ciclo de mejora continua y aprendizaje. Otro punto en común es la flexibilidad para adaptarse a retos emergentes, y la necesidad de alternativas en el sistema.

Diseñar la transición

Las distintas corrientes de pensamiento sistémico nos proporcionan ejemplos de los procesos de cambio, y nos permite entender la mecánica que hay detrás de ellos. Vale la pena entenderlos y usarlos como herramientas en los procesos de innovación, y evitar reinventar la rueda continuamente.

Por ejemplo, en NewForesight hemos trabajado con los modelos de la transformación de mercados sostenibles durante los últimos años aplicadas a cadenas de valor globales como el café, el cacao, el aceite de palma o el algodón, y más recientemente a sectores como la construcción, el agua o la energía.  El modelo de las 4 fases o la curva S[iv] nos ha permitido explorar las transiciones y diseñar la hoja de ruta para diversas plataformas e iniciativas multiactor.

Los profesionales y líderes en el campo de la sostenibilidad debemos conocer y echar mano de estas herramientas en nuestro día a día. Más allá de los identificarse con enfoques específicos o modelos existentes, las soluciones que requiere el desarrollo sostenible deben de ser sistémicas para ser efectivas.

 

Hay mucho camino por andar en la transición hacia una sociedad verdaderamente sostenible, y aún hay lugar para muchas más escuelas de pensamiento, modelos y filosofías. Lo importante para todos nosotros, profesionales, practicantes y líderes en el campo, es el impulsar el pensamiento sistémico como el primer paso para el desarrollo de estrategias accionables, y por lo tanto, hacia una sociedad más sostenible. 

[i] https://www.overshootday.org/

[ii] https://hetgroenebrein.nl/

[iii] https://www.sociaalcirculair.nl/wp-content/uploads/2021/02/Houvast-voor-duurzame-vernieuwers_Vier-perspectieven-op-transitiedenken-en-doen.pdf

[iv] http://www.newforesight.com/wp-content/uploads/2018/04/NFC-Insight-s-curve-Driving-the-transition-towards-sustainability.pdf